Una madre prefiere parir a su serpiente que a su retoño.

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martes, 20 de marzo de 2012

A realizar, y que no se me olvide.

Método Nendo Dango; ya lo explicaré con fotos. ¡Que no se me olvide!

Eccinoccio.

Harusame ya
mono kakanu mi no
aware naru.

martes, 13 de marzo de 2012

No todo el fuego es infernal.

· Devoraba los cigarrillos, uno detrás de otro. El humo comenzaba a llenar la habitación, cerrada a cal y canto. Mientras su piel se ahogaba, ella estaba tumbada boca arriba en la cama, con el vestido que compró ayer. El dependiente le dijo que estaba preciosa con él puesto. Quería terminar así: preciosa. Se había pintado los labios del color del fuego, pasionales, para un último adiós. La ventana pedía a gritos ser abierta, dejar pasar la brisa, pero ella se negaba a escucharla. Sentía en sus pulmones el fuego de la nicotina, la punzada de la soledad y la ausencia de algo que creía conocer. Bailó con muchos hombres, e intentó de veras que consiguieran enamorarla.

Primero fueron jóvenes, inexpertos. Algunos todavía mantenían huellas de su acné. Bebían sin saber por qué, se besaban a escondidas y hacían el amor torpemente. Ellos retozaban como cerdos, mientras ella se dejaba hacer, esperando sentir mariposas. Uno detrás de otro, cada semana. La llamaron de guarra para arriba, pero a ella le importaba poco; ¿qué sabían ellos de sus razones?
Ya crecida, se interesó por aquellos bohemios, los del teatro, los de la poesía, los de la cultura. Pasaban las noches recitándose suspiros al oído y disfrutando de bebidas inteligentes. Hubo un artista de la pintura, que siempre la pintaba desnuda. Otro fue actor para ella. Hubo poetas de mala muerte, y aquellos que por no ser, no fueron nada, pero qué bien mentían. El amor ahora se volvía más divertido, pero nunca fue algo para recordar en momentos de debilidad.
Superó esa época, y, aún sin rumbo, comenzó a buscar al hombre con el que quería pasar el resto de los días. Seguía escotada, mostrando sus virtudes, pero mostraba una actitud más maternal. Se enternecía por aquellas parejas con hijos, por aquellos que pintan su casa juntos, incluso por las odiosas hipotecas compartidas. Bebía, fumaba, alguna vez llegó a drogarse. Conoció hombres, muchísimos. Un mecánico que leía a Shakespeare; un pobre parado sin estudios que la amaba hasta la médula; un abogado sin escrúpulos, pero que le compraba joyas; un chico de gimnasio que la protegía siempre, le cogía la cintura y le besaba el cuello con fuerza, pero con seguridad; un frutero joven, sin experiencia, que tocaba el saxofón; un cleptómano; un escritor; un periodista; hubo decenas, incluso cientos; e incluso alguna que otra mujer.

¿Sirvió de algo? No, claro que no. Sólo aumentaron esa sensación de fogosa ausencia en su pecho. Los cigarros no eran nada para ella, no podían hacerle daño; la vida quemaba más.
Alargó la mano, cogió la botella de vodka blanco y la lanzó contra la pared, junto a la cortina de color crema. Humo, y olor a alcohol. No esperaba nada más de la vida, así que lanzó el cigarro a la pared borracha.
El tiempo aceleró, y ella ocultó su mente en la oscuridad, dejando que su cuerpo marchara a cámara lenta. Sus latidos descendieron, y sus ojos miraban al infinito. Su mano reposaba en el pecho, notando como la respiración era pausada y monótona.
Fuera de ella, el fuego comenzaba a aislarla. Ahora había mucho más humo, claro. Las paredes comenzaron a volverse negras como la pez, las cortinas prendieron, el armario se tornó rojo. Ella, en el centro de la habitación, seguía mirando al infinito.

Pasaron minutos, largos minutos; ella creyó incluso que pasó una hora. Nada menos de la realidad. Su vecina, aquella vieja cotilla, observó como las cortinas ardían, y llamó a emergencias. En pocos minutos los bomberos estaban allí. El parque de éstos se encontraba a tan sólo unas calles.
Pero el fuego ya había comenzado a alcanzar el edredón. Ella, intoxicada de humo, casi dormía plácidamente.
Unos brazos la agarraron, y con fuerza, la sacaron de su pequeño infierno.
Y, a cámara lenta, miró hacia arriba. Justo en ese instante pasaban por debajo de una lámpara, y el destello de ésta dibujó una bella escena de fondo sobre el rostro de aquel bombero. Sus ojos brillaban, no tenía miedo. Maravillada, no podía parar de mirarle mientras él la sacaba del edificio.
Al notar el frío de la noche, arrancó de sus labios, tóxicos, débiles, drogados y pintados de rojo, una pregunta:
- ¿Por qué estás aquí?
- Para salvarte -respondió él mientras sonreía.

Aitor.

domingo, 4 de marzo de 2012

Busco margaritas blancas.

Margaritas blancas, en cualquier lugar. Violines, trágicos. Ilusiones que no se pueden ver, que no se pueden tocar. Pensamientos compartidos, sombras palpables. Cambios.
¿Lo conseguiré? Sí, por mis cojones.

jueves, 1 de marzo de 2012

Un sabio...

... se puso delante de un escenario, y contó un chiste. Todo el mundo se empezó a reír.
Al poco, contó el mismo chiste, pero esta vez menos gente rió. Contó el chiste una y otra vez, hasta que nadie se reía del chiste.
Sonrió y dijo: No puedes reírte de una broma una y otra vez, entonces, ¿por qué lloras por lo mismo una y otra vez?

lunes, 27 de febrero de 2012

Twitter.

Me da igual que no tengáis Twitter, os animo a que sigáis a @ProfesorPokemon.
El jueves pasado me aburría; ¿qué hacer para combatir el aburrimiento? Pues crearle un Twitter al profesor Oak.

Ale, a seguirlo y seguirme y de todo.

jueves, 23 de febrero de 2012

10 palabras que me gustan.

Hace tiempo que intento mejorar mi blog; añadiendo gadgets, páginas (como los motivos, los haikus y las imágenes para pensar). Añadí el otro día una lista de 10 palabras bonitas, pero no expliqué por qué me gustan.
Pido deliberadamente que se pronuncien las palabras en voz alta, con extremo cuidado, disfrutando de su pronunciación.
Ahí va la lista (no tiene orden de preferencia):

1. Azahar.

Qué palabra tan curiosa, ¿no? Todas sus vocales son la misma, además de que es relativamente larga para las pocas consonantes que se pronuncian del todo. Azahar. Tu boca parece nunca cerrarse. La zeta es una extensión entre las dos A, mientras que la hache, muda, provoca que la tercera A deba salir impulsada por tu garganta para poder ser notada.
Es una sensación casi erótica, lasciva. Como si le pidieras a alguien tener sexo, de una forma tan sensual y dulce, como si tuvieras una flor en la boca.

2. Libélula.

Muchas eles. La repetición de la ele siempre me ha gustado, me ha resultado graciosa. Aquí, su repetición, unida a esa be que parece que no quiera estar ahí, se vuelve elegante. Lentamente, susurra la palabra. Es graciosa, cómica, pero tiene ese no-sé-qué que la hace elegante, fina y delicada, como una verdadera libélula.

3. Gorgorito.

La propia palabra parece estar pronunciada por su propio significado. Gorgorito. Es como si echaras la cabeza hacia atrás, y, llena de agua la boca, pronunciaras la palabra. La unión de la ge con la erre siempre provoca un recuerdo francés en la boca, como si te creyeras la pequeña gorrioncilla.
Para terminar, -ito. Ese sufijo que vuelve las cosas pequeñas, que las vuelve dulces e inocentes.

4. Boreal.

¿Qué hay más hermoso que imaginar una aurora boreal al tiempo que disfrutas de su pronunciación? Porque sí, aurora es una palabra hermosa. Vocales, erres suaves que no hacen más que acompañar a las vocales, sin quitarles importancia. Pero, ¿es la palabra lo importante? No; aurora proporciona dulzura. Pero boreal, la palabra boreal, fuerte y bella, pequeña, frágil, y a la vez, grande; es boreal la palabra que proporciona la grandiosidad a las auroras boreales.

5. Albedrío.

Palabra difícil; tanto, incluso, que muy posiblemente la primera vez que la pronuncias después de escucharla se te hace raro, como si esa palabra estuviera mal escrita. Tantas consonantes juntas, y tan extraña combinación: ele y be. Además, claro, de la dificultad de la de y la erre.
Pero ahí recae su belleza, en su extraña existencia. Quien inventó la palabra seguramente no sabría que había creado una obra maestra.

6. Ronronear.

Al igual que gorgorito, su pronunciación se basa en ella misma. Ronronear; no es posible pronunciarla sin ronronear.
Además, la repetición de su primera sílaba forma un sonido tan cómico, tan ocioso, que sólo con decirla en voz alta sonríes. Las erres, siempre impregnadas de un sentimiento de fuerza, aquí cobran otro muy distinto: el sentimiento de la suavidad, del descanso, de la relajación de la garganta.

7. Relámpago.

Grandísima esdrújula. Su primera a, acentuada, forma una cima en la palabra que las siguientes silabas no pueden superar, formando un tobogán en la boca de aquel que la pronuncia. Relámpago. Asciendes la voz aún sin querer, tu mente se vuelve fuerte, centelleante; cobras tú mismo la fuerza propia del relámpago.
Al terminar de pronunciarla, su eco resuena como una bomba sónica, como si todavía no hubiera acabado.

8. Rimbombante.

Esta palabra me causa un dilema. Una gran persona me dijo una vez que le gustaba mucho la palabra, y a mí también me gustó (la palabra es maravillosa). Pero no fue hasta hace poco que descubrí que era de mis favoritas; entonces, ¿es así por su pronunciación, o quizás por la persona, la cual trae buenos recuerdos?
No lo sé.
Aún así, todo sea dicho, la palabra es fantástica. ¿Cómo podría pronunciarse una palabra que significa eso mismo, rimbombante? No es posible, ella es única. Las emes, las bes, la terminación -ante. Todo en ella es grandioso.

9. Fosforescente.

Siempre me han gustado las efes. Son tan fáciles de pronunciar, no muchas palabras las tienen, pero cuando lo hacen, pueden tener todos los significados posibles. Pueden ser dulces, como flauta. O fuertes, como fealdad. Duras, como frágil. Esperanzadoras, como felicidad; o simples, felices, como fresno.
Pero fosforescente, ¿qué es? Es dura, llena la boca. Pero también es dulce, como un susurro de un niño. La repetición de la efe le proporciona una pronunciación única, no muy común, que hace que brille con una luz, valga la redundancia, fosforescente.

10. Floritura.

¿He dicho ya que me gustan las efes? Creo que sí, algo me suena.
Esta palabra, hermosa, a la vez que anárquica, es un ejemplo claro del contraste entre la belleza y la crueldad, que muchas veces se dan la mano. La letras efe y ele, juntas, hacen que la lengua salte en la boca, abriendo los labios para sacar de ellos una O; al tiempo que la te, la U, y la erre, aportan el contraste a la finura del comienzo de la palabra. Empieza dulce, termina dura. ¿Qué más se le puede pedir a una palabra?

PD. Nadie dice qué le parece mi disfraz de Rafiki, eh. Pues así s'us den una maldisión to' shula q'haga que una gitana t'ascupa en l'ojo.

lunes, 20 de febrero de 2012

Fotos del disfraz de carnaval. Epic Rafiki and Rapunzel.

Carnaval no fue lo que yo hubiera querido. Nos quedamos en Elche y no había nadie disfrazado, las calles estaban desiertas, todo el mundo en Alicante. Me dio muchísima rabia no haber ido, incluso me enfadé.
Pero ese no es el caso; el caso son los disfraces.

Yo iba de Rafiki, Kairi ya lo sabía. Una amiga mía fue de Rapunzel, sartén incluida. Laura, por desgracia, no pudo venir debido a su fiebre.

He aquí las fotos:

Rafiki meditando en el pasillo.
Rafiki meditando encima de la torre de Rapunzel.
Rapunzel incluida.
Sartén incluida.
Rafiki haciendo lo que cualquier mandril.
Adoro esta foto.
Disfraces power. Sartén incluida.
Arriba: Trenza hermosa de Rapunzel.
Abajo: Rafiki fumado y Rapunzel vieja malhumorada.
No, tranquilos, no es coca-cola. Es un extracto de raíces de la sabana africana.
Momento épico. Rafiki cantando "El ciclo de la vida".


Bueno, ya para terminar, la canción original, ¿no?
¡Ah, se me olvidaba! ¡He aquí el mejor vídeo del mundo!


miércoles, 15 de febrero de 2012

El terrachat a veces da sorpresas.

Mi nick en terrachat es siempre el mismo: Parmenides1992.
Me ha hablado una chica, majísima. Y se ha puesto a preguntarme sobre este filósofo (hámster). Le he explicado por qué me gusta, ella me ha estado rebatiendo cosas y al final me ha dicho que me explico muy bien y que le ha resultado muy curioso que alguien se interesara por Parménides.
Ha resultado ser profesora de filosofía.

Más maja imposible; simpática, inteligente, interesante. Hemos mantenido una conversación sobre la filosofía, sobre qué estoy estudiando, sobre literatura, etcétera.
Hemos intercambiado nuestros msn y hemos acordado seguir en contacto.

Gracias terrachat; de vez en cuando, traes a alguien digno.

PD. No le gustó nada "La elegancia del erizo". Es más, la dejó en una parada de autobús porque no le gustaba y decidió dejar el libro ahí para que alguien lo lea y se lo quede.
Vale, sí; no entiendo cómo no le gusta, sus razones tendrá. Pero... chapó. Dejar un libro para otro se merece una ola, ¡uoooooh!

martes, 14 de febrero de 2012

Verdad.

Ayer me crucé con el amor de mi vida por la calle. No me di cuenta que era el amor de mi vida. Él tampoco se dio cuenta. Pasamos de largo.
Hoy ha ocurrido lo mismo. Estoy seguro que mañana pasará de nuevo.

Dibujo hecho con Paint en clase; para verlo mejor, aléjate.

Lo que nunca sabemos ver.

"La camelia sobre el musgo del templo, el violeta de los montes de Kyoto, una taza de porcelana azul, esta eclosión de la belleza en el corazón mismo de las pasiones efímeras, ¿no es acaso a lo que todos aspiramos? ¿Y lo que nosotros, civilizaciones occidentales, no sabemos alcanzar?
La contemplación de la eternidad en el movimiento mismo de la vida."

La elegancia del erizo - Muriel Barbery.

Y es que no podemos ver belleza a no ser que estemos en un museo, un cine o cualquier sitio donde le corresponde mostrar arte. Hace tiempo encontré por Internet una noticia curiosa (y decepcionante):
Un violinista había tocado durante una hora en el metro. Se pararon seis personas y no estuvieron más de un minuto escuchando. Los niños se paraban pero las madres tiraban de sus brazos para que avanzaran.
En esa hora consiguió 32 dólares.

El violinista en cuestión, era de los mejores del mundo. Su violín costaba 3 millones y medio de dólares. Tocó una de las piezas más difíciles para violín; pieza que tocó días antes en un teatro, ganando miles de dólares por las entradas vendidas.

No sabemos ver el arte si nos lo sacan de su lugar. No sabemos ver el arte, propiamente dicho. Parece que la gente se emociona al escuchar algo porque debe emocionarse, porque está ahí, porque es lo normal. Pero cuando algo sale, por mucho Arte con mayúsculas que pueda ser, por muchas emociones que pueda despertar, nadie se da cuenta. No debe estar ahí, y si no está, es que no es.
Conclusión: no sabemos de arte. Punto. No sabemos de belleza. No sabemos de nada.

Parménides ha vuelto a morir.

Ahora yace enterrado, suprimido.
En su tumba virtual, un epitafio:
"Siempre serás ser".

lunes, 13 de febrero de 2012

Atardecer en Paint.

Atardecer en Paint - Dibujo realizado en clase de Sociología práctica II. 


domingo, 12 de febrero de 2012

viernes, 3 de febrero de 2012

miércoles, 1 de febrero de 2012

The artist.

Hoy he ido al cine a ver esta gran película. Sí, es en blanco y negro. Sí, es muda. Sí, es fantástica.
No hace falta mucha más crítica, lo es y punto. Y si queréis disfrutar con una película, ir a verla, porque merece muchísimo la pena.


Lo único malo es que me han tocado unos viejos tocapelotas atrás mía. Sí, normalmente eso pasa con chavales gilipollas, pero esta película es especial; y en lugar de chavales bromistas gilipollas, abuelos bromistas gilipollas por partida doble.


lunes, 30 de enero de 2012

Incoherencias.

Suspiros que se ahogan al mediodía, sardinas en lata y papel de seda convertido en un cliché.
Atípico alivio que enmudece cuando oscurece, cuando la luz deja de agradar al espíritu.
No, no seré yo. Esto me viene grande, es aquella chaqueta que no dejó ver mis manos.
Tampoco intenté que fuera así. Fue la situación, la oportunidad, no, no lo intenté.
Imaginación que se rebela, un diario despreocupado de algo que es utópico. Sombras.
Antes, después, ¿qué más da? Nada es igual, pero todo vuelve, retrocede y aumenta.
Gran sensación de plenitud, de vacío; Parménides se equivocaba, la levedad es insoportable.
O, quizás, acertó como solía, y es tan sólo acostumbrarse. A lo mejor luego es mejor.

Tonterías escabulliéndose en la mente de un payaso. Sonrisas y lágrimas que se difuminan.
Está triste, está feliz, no lo sé. Ojalá se acerque más ese estúpido payaso llorica.

Que nada es igual, eso ya lo sé; no hace falta que lo repitas. Odiosa angustia melancólica.
Una idiotez detrás de otra. Estoy bien, sí, lo estoy; pero duele olvidar. Duele no querer hacerlo.
Intuición; eso es. Actúo de acuerdo a ella, actúo de acuerdo a como creo conveniente.
Error. No debe ser así. Actuaré como yo quiera. Pero la voluntad se marchita. No quiero.
Rápidamente, alcanzo a atrapar aquel pensamiento que se empeña en joderme la noche. Vete.
Odio, odio, odio que vuelva. Y esa maldita luz verde, ese jodido círculo. Todo es mejor, lo sé.

viernes, 27 de enero de 2012

¿Por qué escribimos mal?

¿Sabíais que antes la gente se escribía cartas entre sí... ¡sin faltas de ortografía!? Increíble, ¿verdad?
Esto no se aplica, claramente, a aquellos que no fueron a la escuela porque tuvieron que trabajar a tempranas edades o distintos etcéteras circunstanciales (ejemplo: mis padres). ¿Culpo a mi madre de escribir "prueba" con V? No, no la culpo. ¿Culpo a mi padre de no tener ni pajolera idea de cómo escribir? No, no lo culpo. Trabaja desde los diez años, y aún así es de las personas más inteligentes que conozco.

Pero, ¿y todos aquellos que estudian, o han estudiado? ¿Por qué? Mi profesor de socioestadística comete muchas faltas de ortografía. Y cuando digo muchas significa: muchas y muy graves además. ¿Por qué un catedrático escribe mal, y se le permite hacerlo; y yo, un estudiante de diecinueve años intento escribir perfectamente? Además, si cometo una falta de ortografía en cualquier examen, me descuenta nota.
Claro, es lógico. ¿Por qué no le descontamos a él parte de su sueldo por cada falta de ortografía que tenga? Ah, claro, empobrecería.

Hoy en la televisión ha salido el veredicto escrito a mano a favor de Camps. Me importa un rábano si es inocente o no (bueno, en realidad no; pero no hablamos de eso). El caso es que tenía infinitud de faltas de ortografía. Increíble que un jurado entregue al juez ese veredicto repleto de ignorancia.
¿Por qué escribimos mal? ¿Qué ha cambiado en la sociedad para que ahora se dé mucha menos importancia a si lleva H o no? ¿Qué hemos hecho mal?
No sé vosotros, pero creo que la culpa la tiene la amplitud de comunicación, Internet, la jodida velocidad a la que van nuestras vidas, la impaciencia por menos de un segundo.

Queremos que nuestras conversaciones sean rápidas, estamos impacientes por responder y que nos contesten. ¿Qué hacemos? Fácil, en lugar de mostrarle al otro nuestra alegría, escribimos un simple :)
Cualquier frase se vuelve apta para ligar añadiendo :P Y la risa, ¡oh, la risa! Nos reímos aunque no tenga gracia, nos reímos por quedar bien, por continuar la conversación. Sí, yo también peco por ello; pero, ¿me quita eso el derecho a quejarme? No, claro que no. Me quejo del hambre en África y no voy allí a entregar mi vida como voluntario.
El caso es que nuestra era de emoticonos, comunicación sin límites y una cultura que brilla por su ausencia, nos ha dejado como simios a la hora de escribir. Y claro, ahora vendrán los "no, es que así voy más rápido", o los "perdona, pero escribo así porque quiero, que si me pongo escribo bien".
Oh, perdón, no es así. Rectifico: "Nooo, sque asi voi mas rapido", o "perdon, xro escrivo asi xq kiero, ke si me pongo escrivo bien".
Lo dicho, ¿cuesta más añadir esa estúpida H al odioso saludo "ola"? ¿Por qué no coges la H que añades al final de las palabras y te la guardas, para colocarla más tarde en palabras que sí la llevan? ¿Por qué cambias la B por la V? ¿Por qué no colocas ese dichoso acento? ¿Cuesta más colocar delante las interrogaciones y exclamaciones? ¿Qué somos, ingleses? Estos signos también existen: ¡ ¿

Y si ahora escribimos mal, ¿cómo escribirán nuestros hijos?

Un saludo de alguien que sigue siendo fiel a la ortografía.
Posdata: Putos canis.

jueves, 26 de enero de 2012

Dibujos animados que me tiraría.

Así es. Mi hermano me dijo el otro día: ¿Sabes cuándo descubrí que ya no era un niño? Cuando en lugar de ver a Mary Poppins como una perfecta niñera, la veía como una tía follable.
Y dicho esto pensé: Oh, entonces yo también debo haber pasado por ello, claro. Y reflexioné: ¿qué dibujos animados me tiraría? La respuesta era clara, y aquí van todos:

Goten (Dragon Ball GT).

Pues que quieres que te diga, pero era el que mejor estaba. Sí, sí, TODOS los demás estaban mil veces más mazaos. Sí, vale. ¡Pero esa era la virtud de Goten! No estaba tan mazado, estaba fuerte, hombre claro, es un jodido saiyan. Pero no estaba que paracía un culturista de élite profesional drogado de esteroides.
Además, tenía cara de empanado, que me gusta. Sí, me gusta ser la mente en la relación, ¿vale?
Y... tenía las cejas frondosas *babas*.


*Megababas* Mirad cómo está enfadado. Puf, puf, puf.

Tarzán (Tarzán) (xD).

¿Quién no ha deseado que se le subiera el taparrabos? ¿Eh? ;)
Lo dicho: estaba pa' comérselo. Con esos músculos, ese porte simiesco (¿he dicho ya que me gustan un pelín idiotas?).
El caso, ¡puf, puf!

Encima es romántico, joder. Idiota, sí, pero romántico.
¡Lo tiene todo! :D

























Tony (Flint y los viajeros del tiempo).

Lo siento, pero no he podido encontrar fotos decentes de él. Ni siquiera fotos decentes de la propia serie.
El caso; sí, sí, me diréis que era un chaval de doce años como mucho. ¡Vale! Pero... apuntaba maneras, no me jodáis. Estaba bien incluso teniendo esa edad. ¿¡Quién no nos dice que a los dieciocho será modelo?!


Por cierto, Tony es el de amarillo/naranja. No me creáis tan pervertido, joder...

Matt (Digimon 1 y 2).

¡Oh, Matt! Nunca fuiste mi personaje favorito, ni mucho menos. Prefería al del bicho, o a Mimi (forever Mimi y Palmon). Pero... si está bien, ¡está bien!

Y cuando crecía, ni te cuento...











Por cierto, ¿alguien sabía que Matt, al hacerse mayor, se casaba con Sora y se volvía astronauta?
¡A que es flipante!

Simba (El rey león).

Vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaale, vale. Es un león. Pero... qué sonrisa. Qué porte. Qué todo. ¡Puf! ¡Ole por el reino animal africano!



















Mark Lenders (Oliver y Benji).

Sí, éste era el rival de los protagonistas. Era el único gitano japonés, como claramente se puede ver. Pero... ¡cómo está el amigo! Siempre igual de chulo, de malote, de rebelde, ¡oh! Y qué piernacas tenía de tanto jugar al fúbol, ¡qué aguante!

En la serie se podía ver cómo éstos crecían después de los años. Admitirlo, Mark Lenders
es el que mejor ha madurado.

No sé tú, pero en la serie también había cardos como éste.
¿Creéis que este personaje podía madurar para bien...?
Mark Lenders era el mejor, sin duda dudísima.

Zorro y Sanji (One Piece).


Lo siento, pero no puedo elegir. Zorro, con esos músculos y su pinta chulesca; Sanji, trajeado y también musculado (menos, pero qué piernas...). No puedo elegir, ¡lo siento! ¡No me matéis!

(Aunque bueno, ¿pa' qué elegir? ¡Di que no molaría hacerlo con los dos a la vez! *BABAS*).













Y ya está. Espero que digáis los vuestros, eh ;)

miércoles, 25 de enero de 2012

Sobre cómo evadirse.

· Los libros se amontonaban en la mesita de noche, uno encima del otro; una orgía literaria que yacía al lado de donde dormía, donde soñaba. Cada día, uno nuevo, otro viejo. Los devoraba durante el día, sin descanso.
Sus ojos, frenéticos, parecían querer salir de sus órbitas e incrustarse de lleno en aquella vieja historia de piratas. Sus piernas ya no trabajaban; todo aquello que quería lo tenía a su derecha, decenas, cientos de libros nuevos, a estrenar. A su izquierda, historias leídas que nunca olvidará. Su cuerpo supuraba heridas por la falta de movilidad. Su colchón, sucio, mohoso y encharcado por la orina, la anclaba al mundo material que tanto odiaba.
No comía, no bebía, no hacía nada, dejaba hacerse. Tan sólo leía como poseída.

Nadie la echó en falta. Dimitió de su trabajo como camarera. Compró todas las historias que pudo. Ahora, sin dinero y sin cadenas, se batía entre la vida y la muerte, esperando que al morir pudiera penetrar en cualquier fábula, cuento, novela, obra que la hubiera emocionado. No le importaba nada, tampoco sentía nada. Sólo leía.
Y leía, y siguió leyendo; hasta que el príncipe rescató a la princesa, hasta que el malo sucumbió ante el buen protagonista, hasta que el niño dejó de crecer, hasta que la magia existió, hasta que las estrellas estaban tan cerca que podía tocarlas.
Agarró una, y se esfumó entre la oscuridad de la eternidad.

Aitor.

martes, 24 de enero de 2012

miércoles, 18 de enero de 2012

Tengo que aprender a sonreír.

De acuerdo a mi entrada anterior, y diversas cosas, debo aprender a sonreír.
Para empezar, debo subir mi autoestima:

· Dibujo bien, no soy una máquina pero soy mejor que la media. Me gusta leer, y he leído mucho, y en este mundo de ignorancia, esto es una virtud. Además, no escribo mal del todo. Tampoco soy una máquina, pero por lo menos no tengo faltas de ortografía (ninguna), y a la gente le suele gustar lo que escribo.
Me gusta el cine, y algo entiendo. No visto mal; desgarbado, sí, pero no mal.
Mis ojos son bonitos, o al menos eso me hacen creer. No soy ningún modelo, claro que no, pero tengo una bonita cara. Me gusta mi nariz, eso sí, es perfecta. Mis orejas son pequeñas, y aunque no me gusten, comprendo que son motivo de risa (de la buena, de la de entre amigos).
Mi cuerpo es... bueno, no es gran cosa. Se me marcan los músculos y eso (aunque sea por la delgadez), pero al menos se me marcan. Además, me apunté el lunes al gimnasio, así que supongo que mejoraré.
Puedo hablar de casi cualquier cosa. Me gusta tener conversaciones interesantes, distintos puntos de vista.
Corriendo soy una máquina. No soy el típico gay locaza plumífera (Kairi, sé que te encanta este término).
He conseguido llegar a la Universidad sin estudiar ni papa, así que, sí, tengo suerte, pero también valdrá un poco mi cerebro, ¿no? No me creo tonto (la mayoría del tiempo, cuando estoy rodeado de mierda, sí). Pienso rápido, puedo reflexionar sobre lo que me parece interesante e importante (otra cosa es mi capacidad para ver lo verdaderamente importante). Soy buena persona (creo). Intento ayudar a los que están a mi alrededor, no soy egoísta, no demasiado. Me gustan mis pies (talla 41-42); siempre hay zapatos de mi talla en las tiendas. Puedo tomar confianzas con la gente, soy sociable (aunque a veces me cueste relacionarme si hay mucha gente junta, la cual no conozco o no sé de qué coño está hablando).
Soy educado, no suelo faltar el respeto a la gente. También suelo pensar bien de la gente.
Me encantan los animales, no me da asquito tocar un bicho ni nada parecido. Mi pelo me gusta.
Soy un crack jugando a videojuegos, soy la ostia. Suelo sorprender de forma positiva con mi actitud, mis manías, mis tonterías (como por ejemplo, mis llaves tienen por llavero un patuco de cuando era pequeño; es original y a la gente le gusta, y a mí, claro).
Intento hacer sentir a la gente de mi alrededor que son importantes, que les quiero. Sé que es importante, y por ello intento, de vez en cuando, tener algún detalle con la gente. Hago buenas fotografías con el móvil.
No es que cocine muy bien, pero cuando lo intento de verdad, suelo tener buenos resultados (aunque también los ha habido desastrosos). Sexualmente, soy insaciable. No sé si esto es bueno o malo. Creo que en este aspecto, soy bueno; normalmente intento que el otro disfrute más que yo. Se podría decir, por ende, que soy sacrificado, y realmente no sé si esto es una virtud o un defecto.
En los Sims 2, hago las mejores casas de toda España (no, miento, demasiada extensión. Pero de la Comunidad Valenciana sí, seguro). No diré nada sobre que la música que escucho es buena o mala, para gustos colores. Pero... no escucho ni a Pitbull ni a Justin Bieber; ¡eso es una virtud claramente!
Hago teatro, creo que actúo bien. Sí, bueno, lo hago. Miento muy bien.
Soy alegre (al menos de cara a la gente), y suelo saber cómo ayudar a la gente. Aprendo rápido a tocar el piano (al menos, Fur Elise y cosas sencillas sencillas [con una mano sólo]). Soy bueno en el futbolín. Sí, claro, a veces pierdo, pero me considero buenecillo. Soy justo (demasiado). Me chifla el esperanto. Me chiflan las palabras, y eso suele agradar a la gente, ya que poca lo hace. Cago rápido y mis pedos no sueltan peste.
Bailo... mejor que la media masculina. Y cuesta fatigarme, tengo buen aguante.
En los Trivial soy bueno. Esto está relacionado con que puedo hablar de todo; tengo cultura.
En general, mi cuerpo y cara no desagrada mucho. Tengo fallos, los cuales no me gusta nombrarlos porque: 1) esto es pa' hablar de virtudes y 2) no gusta hablar de fallos. Pero en conjunto, no soy feo.
No tengo vergüenza, al menos no demasiada. Me importa poco si me ven haciendo el gilipollas en un parque.

Y... no sé qué más, la verdad. (Jejeje, tres palabras monosílabas con acento seguidas, jejeje).
A intentar sonreír, coño.

Por todo, y por nada.

Día triste. Hoy no hay ganas de nada; además, la lluvia empeora el día.
Hace días que no escribo nada por aquí, quizás por falta de ganas, de inspiración. De las dos, mejor dicho.

¿Sabéis que me encantaría? Viajar. Irme una semana entera a cualquier lugar del mundo, yo solo.
Quiero disfrutar de la soledad. Necesito reflexionar, encauzar mi vida de nuevo, la cual ahora mismo está patas arriba, indefensa y desprovista de sorpresas.
Anoche escribí esto:

· Acostado en la cama, mirando el teclado como si estuviera al rojo vivo. La persiana deja pasar entre sus rendijas la escasa luz que ilumina cada tanto el portal. La bombilla, de bajo consumo, ilumina poco; casi no consigo ver. Multitud de prendas de ropa yacen en la otra cama, esperando que alguien las cuelgue, las empareje. No hay ganas. De nada.
En mi mesita de noche hay cuatro envases de gelatina vacíos. Creo que es lo único, ahora mismo, que me distrae lo suficiente como para no pensar en nada. Comienzo anclando la cuchara en los bordes del envase, seis veces, para que en el centro quede una pequeña montaña gelatinosa. La tomo con la cuchara, me la como; y vuelvo a repetir la operación. Comer bordes, crear montaña central, comer montaña central. Distrae lo suficiente como para no llorar.

Como una vez dijo Rubén Darío: "Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo; y más la piedra dura porque esa ya no siente".

miércoles, 11 de enero de 2012

La piedad de las estrellas.

Me abandoné a mí mismo en el bosque más cercano. Me escondí del cielo donde pude, donde me sentía más culpable. El hueco de un árbol muerto me sirvió como excusa para marchitar mi alma, que se detestaba y se daba la espalda.
Ella murió. La miré, le cogí la mano y le sonreí. Adiós, dije. Después la ahogué con la almohada mientras ella se convulsionaba.
Ya había sufrido demasiado, y más que sufriría; no podía dejarla morir en vida. No había vuelta atrás, el futuro quemaba, como aquella hoguera donde quemé sus fotos.

Lloré, a lágrima viva. Ya no escucharía su risa mientras me decía que todo esto pasaría. Ella era optimista, pero al cabo de los años el hospital se vuelve tan tétrico como un cementerio de cadáveres sonámbulos. Veía la vida volar por la ventana, mientras ella y yo charlábamos sobre nada, sin saber ya qué decirnos para soportar la rutinaria soledad compartida.
Seguí llorando, mientras su voz me perdonaba. La hice callar con un grito, pero ella seguía diciéndome que me amaba, que no me preocupara, que siguiera para delante.
Susurro al oído que era lo que ella quería, pero que nunca tuvo valor para pedírmelo.
Lloré, más fuerte y más alto. Mi estúpida mente intentaba excusarse.

La noche, eterna, bella y cruel, siguió danzando por el ambiente. Las tinieblas cantaban a coro. Mi cárcel vegetal me resguardaba de la felicidad. No entraba ni un soplo de brisa, ni una pizca de luz. Penitencia.
No quería ver las estrellas; eran demasiado hermosas, se parecían tanto a ella.
Si me hubieran visto, me habrían perdonado.

Morí sufriendo, de hambre, de sed, de todo. Daba igual, sólo pensaba en sus ojos. Ahora podré vivir con ella, juntos los dos; he saldado mi deuda.

Aitor.

lunes, 9 de enero de 2012

Parménides ha resucitado.

Alabado sea Parménides, que luchó y se sacrificó por nosotros.
A los pocos días (no llevo la cuenta), resucitó, todopoderoso, ¡Parménides Pantocratos! ¡Viva su almendra mística! ¡Alabado sea Parménides!

Porque esto ya no es un simple club de fans de Parménides; ahora es una religión.

En menos de una semana:

Mi hermano puso Internet en casa. También teléfono fijo.
Al día siguiente, mi hermano se gastó 30€ en una fuente de alimentación para arreglar su antiguo ordenador, roto desde hace 3 años (nos dijeron que era la placa base, es decir, algo muy caro; es decir, 3 años sin usarlo por 30 cochinos euros).
El mismo día, TODOS los Sims 2. Extasiados estamos, 'amos.
Dos días después, mi padre se compró una TV (que es la ostia en cebolla) por la mitad de su precio. ¿Por qué? Porque era la TV de exposición; es decir, la que está en la tienda para mostrar anuncios y demás. Ah, nuestra TV estaba rota (que no es capricho comprar TV nueva).
El mismo día me compro un portátil HP, (la ostia de bueno no, lo siguiente), regalado de precio. 299€. Antes costaba 600 y pico. Hoy mi padre ha visto en MediaMark el mismo ordenador "en oferta" por 399€. Cabe destacar que ya no quedan ordenadores por 299€ en el Corte Inglés, donde lo compré. La gente corre hacia las gangas.

En menos de una semana, todo en mi casa patas arriba. Gracias beca universitaria.

jueves, 5 de enero de 2012

Parménides ha muerto.

Roxas acaba de decirme que hace tiempo que Parménides no aparece. Es extraño, como si a su pequeña vida virtual se le haya acabado el pluggin o como coño se diga.
Oh Dios, no...
Dejaré ahí su cosa, por si vuelve a aparecer.
Joder... Parménides... Joder... ¡Noooo!

PD. Roxas acaba de decir: ¿¡Vas a quitar mi entrada para decir que Parménides se ha muerto!?
Es tonto, Parménides le gana por prioridad, y de manera aplastante.

Roxas, dime de qué escribo.

- Del... azul.
- El azul no me gusta, otro.
- El verde.
- Algo que no sea un color.
- Un árbol.
- Algo de lo que se pueda escribir.
- Una baldosa.
- Bah, escribo de lo que yo quiera.
- Vale.

¿Y qué me gusta? Que hoy sea el cumpleaños de Roxas. Sí, cumple 18 años el muy idiota.
Iba a prepararle galletas con forma de dominó, pero... la masa no es masa. Es harina mezclada con algo que no llega a mezclarse ni formar masa ni nada. Está en la nevera. Al final, tostadas (una con miel, otra con dulce de leche), galletas y leche con cola-cao. Triste desayuno, pero que se joda, le hago todos los fines de semana  el desayuno, pues en su cumpleaños uno cutre, ¡ja! ¡De mí no se ríe nadie! x)
Acaba de mirar de lejos lo que escribo. Dice: Joder, y no sabía de qué escribir el niño.
Qué tonto es, estoy escribiendo sobre él y no se da cuenta. Ni con 18 años se entera de las cosas.
(Ahora mismo está celebrando su cumpleaños intentando descubrir si sus puertos USB son 1.1. o 2.0 o algo así, ¡qué divertido, verdad!) ^^

Ashdust, te he quitado la idea de tartas personalizadas.


El caso, ahora me toca ir al cine a ver Sherlock Holmes 2. No he visto la 1. Mierda.

PD. Mi próxima entrada tratará sobre los osos. Sí, úrsidos de toda la vida de Dios. ¡Qué monos son! :)
Habrá dibujos, y películas, y de todo. To' chachi que será.

PD2. Hoy como milanesas.

PD3. ¿Se nota que no sé de qué hablar pero quiero hacer la entrada de hoy?

PD4. Feliz cumpleaños, Roxas.

PD5. A ti también, Marilyn Manson. (Si no le felicito se enfada y me viola).

Marilyn Manson cuando se da cuenta que no
le he preparado ninguna tarta.
FFFFFFFFFUUUUUUUUUUU.

domingo, 1 de enero de 2012

2012.

Empezó, con uvas. Siguió, con fiesta. Además, con lágrimas, muchas lágrimas. Pero siguió, con una sonrisa.
Y eso es lo que importa.

Seguiré con el blog, sí. Gracias a Laura, mi mejor amiga (la futura madre de mis sobrinos).
Además, quiero escribir, ¡qué coño! Tengo que comenzar el año bien, ¿no? Pues ale, a disfrutar se ha dicho.
Y a sonreír, que es lo más importante. Ahora, en el presente, que es un regalo.