... se puso delante de un escenario, y contó un chiste. Todo el mundo se empezó a reír.
Al poco, contó el mismo chiste, pero esta vez menos gente rió. Contó el chiste una y otra vez, hasta que nadie se reía del chiste.
Sonrió y dijo: No puedes reírte de una broma una y otra vez, entonces, ¿por qué lloras por lo mismo una y otra vez?
Es bonito y te hace pensar. Sí, tiene razón.
ResponderEliminarEsto me ha hecho pensar. Es curioso y puñeteramente cierto.
ResponderEliminar